2 August, 2025

ELN aceptó que secuestró a dos soldados en Cúcuta y anunció que los tratará como “espías

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El pasado 11 de abril de 2025, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se atribuyó el secuestro de dos soldados en la ciudad de Cúcuta, ubicada en el departamento de Norte de Santander. Según los informes, los uniformados fueron capturados mientras realizaban tareas de patrullaje en la zona. En un comunicado, el grupo armado insurgente aseguró que los militares serían tratados como “espías”, lo que ha generado una profunda preocupación tanto en las autoridades colombianas como en la opinión pública.

La noticia fue confirmada por varios medios de comunicación, incluyendo La Opinión e Infobae, que reportaron sobre las operaciones en curso para la localización de los soldados secuestrados. Las autoridades han intensificado las acciones en la región, donde el ELN mantiene presencia desde hace varios años. Según la versión del grupo insurgente, el secuestro fue una respuesta a las actividades militares del gobierno en el área fronteriza, que es un punto estratégico de movilización de grupos ilegales.

Este hecho ocurre en un contexto de creciente preocupación sobre la seguridad en las zonas rurales y fronterizas de Colombia, donde se han incrementado los secuestros, las extorsiones y las confrontaciones entre grupos armados ilegales y las fuerzas del Estado. La situación ha generado alarma en las autoridades locales, quienes han instado a la población a colaborar con la información para agilizar el rescate de los soldados secuestrados.

Contexto y Búsqueda de los Secuestrados

La búsqueda de los dos soldados secuestrados continúa en las áreas cercanas a Cúcuta. La región ha sido escenario de constantes enfrentamientos entre el ELN y las fuerzas armadas colombianas, lo que ha aumentado la complejidad de las operaciones de rescate. A pesar de los esfuerzos, hasta el momento no se ha logrado determinar el paradero exacto de los secuestrados, lo que mantiene en vilo a sus familias y a la comunidad en general.

El ELN ha explicado que el secuestro es una medida de presión ante lo que consideran una violación de sus derechos por parte del gobierno colombiano. El grupo insurgente, con presencia en varias zonas del país, ha intensificado sus actividades en las últimas semanas, lo que ha generado un aumento en los reportes de secuestros, tanto de civiles como de miembros de las fuerzas armadas.

Reacciones y Consecuencias

El secuestro de estos soldados se enmarca dentro de una creciente preocupación por el retorno de las prácticas de secuestro masivo en Colombia. Este tipo de actos, aunque han disminuido en los últimos años, siguen siendo una herramienta utilizada por grupos armados ilegales para ejercer presión sobre el gobierno y las instituciones del país. La situación actual refleja la persistencia de la violencia en algunas regiones, que a pesar de los avances en la seguridad, continúan siendo vulnerables a las acciones de grupos insurgentes.

Las dos capturas se suman a la del soldado Vásquez

Este caso se suma al secuestro del soldado profesional Julio César Vásquez, ocurrido el pasado 7 de abril en el municipio de Santander de Quilichao, al norte del departamento del Cauca.

De acuerdo con la información oficial, el militar fue interceptado por hombres armados mientras participaba en el Programa de Retiro Asistido del Ejército Nacional, un proceso de acompañamiento diseñado para apoyar a los soldados en su transición hacia la vida civil.

Los responsables del hecho serían presuntos integrantes de la estructura Jaime Martínez, un grupo armado residual surgido tras la desmovilización de las Farc, que mantiene una fuerte presencia en esa región del país.

El gobierno colombiano ha condenado enérgicamente el secuestro y ha reafirmado su compromiso con la seguridad de sus fuerzas armadas y la población en general. Sin embargo, los esfuerzos para reducir la violencia en las zonas afectadas por el conflicto armado continúan siendo un desafío constante.

Este secuestro pone de relieve la necesidad de una estrategia integral de seguridad que no solo aborde la violencia directa, sino que también busque soluciones a largo plazo para las comunidades más afectadas por el conflicto armado en Colombia.

La situación ha encendido las alarmas entre las autoridades, que ven con preocupación el incremento de este tipo de acciones por parte de grupos armados ilegales en medio de los diálogos de paz que adelanta el Gobierno nacional y que nos recuerdan los campos de secuestrados del pasado.

infobae

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